miércoles, enero 07, 2009

El olor de la fiebre

Es un olor dulzón. Te mantiene entre el sueño y la vigilia. No es cómodo, pero es interesante: hoy he vuelto a Cork, he llamado a Alicia creyendo que estaría aún allí, pero sólo quedaba Adolfo. No tenía su número. Me he dado un paseo, ha aparecido mi primo y de repente estaba en mi cama, muerto de calor y de sed, con la vista puesta en el reloj que me decía que ya era hora de prepararse para ir a clase. Olía a fiebre, pero no era del todo desagradable. Era un olor dulzón.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

CACA!

Eugenio dijo...

¿Por qué en Valladolid nos caen siempre pandemonios de estos?

Bardo Loco dijo...

Porque vivimos en el culo del mundo, donde hace más frío en invierno y más calor en verano.

Tomás, iba a acabar el texto con un enorme CACA, pero al final pasé porque necesitaba volverme a la cama.